Antes de entrar en el programa, me estaba planteando cambiar de piso. Tenía una vaga idea de lo que quería, así que fue una muy buena experiencia concretar hasta detalles pequeños dónde quiero vivir. La práctica en sí misma ya me ha sido de gran valor, y he sido manteniendo el hábito de meditar mañana y noche. Pero la sorpresa fue que el martes por la tarde volví a mirar qué encontraba por internet y allí estaba, acabado de colocar, el anuncio de un piso con toooodas las características que yo había escrito; alguna, sorprendente. Había pedido que tuviera vistas a la naturaleza: está en la única plaza con árboles de mi zona. Que tuviera salida a un lugar con tierra y un árbol; me pareció disparatado cuando lo escribí, pero allí están, la tierra y los árboles. Y, como guiño, la misma mañana del martes cité en una conversación al escritor cuyo nombre lleva la calle donde está el piso. Vistos los resultados, ahora me enfoco en vender el mío rápidamente y al precio que a mí me conviene.

 

Muchas gracias, Àlex y todo tu equipo.